LA VIRGEN MARÍA, MADRE DE JESÚS

El mes de mayo se recuerda a la Virgen  María.

En este mes celebramos el día de la madre y es así ya que la virgen María es la Madre de nuestro señor Jesús.

Recordemos que por Eva ingresó el pecado al mundo, luego, por María obtuvimos la salvación, pues ella engendró al hijo de Dios quien vino para redimir nuestras culpas.

Fue ella la primera en recibir al Espíritu Santo (Lucas 1) y reconocer a Jesús como nuestro salvador.

Mucho se preguntan si María tuvo más hijos, ya que Jesús tuvo más hermanos.


Recordemos que José era un anciano viudo y con más hijos, así que los hijos de José pasaron a ser hermanos de Jesús.

Esto no quiere decir que María y José consumaron su matrimonio, pues José tenía una edad muy avanzada, así no quedarían dudas en cuanto a la concepción por obra del Espíritu Santo del niño Jesús y la castidad de María.

De esta forma María cumplió su promesa de servir a Dios y solo a él.

No olvidemos, María era tan solo una joven de 14 o 15 años y José un hombre virtuoso.

En ese entonces las niñas se convertían en mujeres con su primera regla (periodo o menstruación) y en ese momento se entregaban en matrimonio. 

CORONACIÓN DE LA VIRGEN MARÍA  REINA UNIVERSAL.

Después de su trabajo y sufrimiento en la tierra fue honrada por la Santísima Trinidad, por encima de los coros de los ángeles y de toda la jerarquía de los santos.
apocalipsis 12,1.


María pertenecía a la familia de David, nacida en Nazaret y educada en el templo, donde ella se ofreció a servir de por vida al señor nuestro Dios.

Los padres de María se llamaban Ana y Joaquín. Ana era Nazaretana por parte de Isacar, su padre y Betlemita por su madre.

Joaquín  era sumo sacerdote, también lo era su suegro Isacar.

Su vida era recta y casta.
Tenían dividida la economía de su hacienda en tres partes, una para los pobres, otra para el templo y los ministros y la tercera para la servidumbre y para si mismos.

MARÍA REINA DE LOS ÁNGELES 

ORACIÓN A LOS SIETE ARCÁNGELES

Miguel, Miguel, Miguel Príncipe de los arcángeles, 

 de los corazones agradecidos,

 de todos brotan cantos de Alabanza, 

por tu Celestial presencia todos en la tierra te adoran.

Miguel, Miguel, Miguel, que los Ángeles de la Guarda de tus legiones celestiales nos acompañen siempre.

Jofiel y Samuel, Gabriel y Rafael, Uriel y Zadaquiel y poderosas Huestes de Dios.

Querubines y Serafines de los Reinos de Gloria, rasgad ahora el velo que ofusca nuestra visión humana.

Benditos Siete Arcángeles, pidiendo iluminación, invocamos vuestra presencia en himnos de alabanzas a vosotros,

Mantenednos consagrados en el cumplimiento del plan de Dios, para con pureza, ser vuestros ministros.  

Vosotros Santos Ángeles,

 venid con vuestros Ejércitos, mostrad a nosotros y a todos los hombres vuestra ayuda y vuestra fuerza, y así conseguir que  nuestro corazón renazca en  el Amor de Dios y de María, vuestra Reina.

Amén.